¿ES...?
¿Es el rock un viaje en
el tiempo? Sin armas de futuro, una exhibición majestuosa que se alza como
ruinas imponentes. Ruinas imponentes que un día transitamos como la Palmira
feliz, después destruida, después reconquistada.
¿Es el rock un viaje en
el tiempo? You are the music, we are the band, proclamaba el fantástico tercer disco de Trapeze. La
banda, la música, las dos creaciones colectivas que se inscribieron como
cultura, como contracultura.
¿Es el rock un viaje en
el tiempo? ¿No constituye mirar atrás siempre una derrota? Mirar atrás y mirar
demasiado adelante a veces se confunden. Eso decían, al menos, cuando hablaban
de Walter Benjamin. Benjamin no tenía adonde ir, por eso quizá miraba raro. Yo
viajo en el tiempo, yo construyo mi propia alienación al modo Do It Yourself, porque una alienación
construida artesanalmente, al no poder ser de otro, será entonces menos
alienación, al mismo tiempo que cumplirá las necesarias características
mentales de la alienación…
Viajo en el tiempo. A un
lugar donde están casi todos mis fracasos, aquellos que, como sostenían mis
libaneses favoritos, pese a todas las contrariedades, llevo como medallas, como
badges of honour que nunca se
convertirán en crédito monetario. A un lugar donde están casi todos mis
fracasos menos uno, aquél que no es ninguna medalla, aquél que sí me desgarra
por dentro.