METEOROLOGÍA SENTIMENTAL
Soy
el recuerdo del recuerdo. No la sombra de la sombra. El recuerdo del recuerdo.
Me evaporo. Digo adiós y sigo.
Hace unas semanas murió
Tom Petty. Todo lo que decían de Bruce Springsteen, era verdad de Tom Petty.
Dejen de buscar la gran novela americana y busquen su discografía. No quedarán
desprovistos de historias. Las mejores historias, las que tienen acordes incorporados.
Soy
el recuerdo del recuerdo. No sé si era una buena idea. Desvanecerse, hacerse
aire, flotar como flota aquello que no existe. Free fallin´ sin poesía, sin
esencia, sin canción. Cuánto echo de menos a Tom Petty.
Hace unas semanas murió
Fats Domino. Debió de ser en 1991 que me pasaron un cassette de Fats Domino. No
le hice mucho caso. El nombre tampoco ayudaba. Cuando volví a escuchar a Fats
Domino, un par de décadas después, casi me caigo de espaldas. New Orleans,
baby. Era New Orleans sin necesidad de aplastarte con el estereofónico. Un tipo
al piano, o una brass band. Ríete de todo lo que vino después del monoaural. Ya
no digamos la estupidez digital. En un combate de lucha libre, todos los
artefactos digitales serían pulverizados por una uña de Fats Domino.
Transporto
a New Orleans recuerdos de recuerdos felices. Pero no estuve allí. Proyecciones
en una habitación. Cinematografías privadas. Vuelvo a Tom Petty. ¿Sabías que
Tom Petty grabó una versión de Fats Domino? Las guitarras de Mike Campbell, el
teclado de Benmont Tench. Todo es luminoso. Recuerdos de recuerdos que no
fueron. Canciones que sostienen a la vida. Porque la meteorología sentimental
se llama música. "I Won´t Back Down".